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¿Qué hay al otro lado de un agujero negro?

¿Otro universo? ¿Nada? ¿Algo que aun no conocemos?

El título de este artículo es una pregunta de trivial que ocupa el pensamiento de generaciones de astrónomos. Aunque lógicamente no lo sabemos a ciencia cierta, podemos intentar dar algunas respuestas.

En primer lugar, hay que visualizar el objeto en cuestión. Los agujeros negros son monstruos maravillosos y enigmáticos, a menudo difíciles de comprender para especies «simples» como la nuestra.

Un agujero negro se define por su horizonte de sucesos, un punto de no retorno más allá del cual la materia es absorbida. Hemos calculado que si el Sol se convirtiera en un agujero negro (no te preocupes, no puede ocurrir) su horizonte de sucesos sólo tendría 6 kilómetros de ancho. En cambio, un agujero negro supermasivo, del tipo que se encuentra en el centro de las galaxias, tiene un horizonte de sucesos mayor que todo nuestro sistema solar.

¿Y qué pasa cuando se cruza ese límite? El espacio-tiempo estaría tan distorsionado que el tiempo se convertiría en espacio y el espacio en tiempo. Se llama «singularidad» y es una curvatura tan extrema que tiende al infinito, algo que lo atrapa todo (incluso la luz).

¿Y qué hay del otro lado? Algunas teorías describen los agujeros negros como portales que conectan partes muy distantes del universo, u otros universos. Pero lo cierto es que todo podría acabar en la singularidad.

Para resolver este misterio necesitaríamos una teoría «cuántica» definitiva de la gravedad, el gran reto que atenaza a todos los científicos y físicos de nuestro siglo.


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Publicado en Temas Diversos

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