Cuando decidimos que ya es hora de pasarnos de la versión de Windows que tengamos a cualquier distribución de GNU Linux, nos da miedo que el cambio pueda no cumplir con nuestras expectativas y que al querer volver a Windows tengamos que reinstalar de nuevo todos los programas del ordenador y pasar todos los archivos que tuviéramos antes de instalar Ubuntu.
Todo eso si decidimos formatear e instalar GNU Linux, borrando la partición que contenga el sistema de Microsoft. En cambio, y hasta que decidas que es lo que verdaderamente se adapta a tus necesidades, una de las mejores ideas es mantener Windows y al mismo tiempo instalar Ubuntu en una partición que crearemos para dicho fin.
De esta manera, y gracias al instalador de Ubuntu de una forma bastante sencilla, tendremos dos sistemas operativos en nuestro ordenador, pudiendo elegir al inciciarse si queremos entrar desde Windows o GNU Linux.
Como la mayoría de ordenadores vienen por defecto con alguna versión de Windows, partiremos de esta base para instalar Ubuntu en otra partición.
Para ello lo primero que debemos hacer es entrar en nuestra cuenta de Windows e irnos al panel de control. Allí, si estas en Windows XP tendrás que buscar entre todos los iconos que se muestran, o en el caso de Windows 7 hacemos clic en la parte superior de la ventana, dentro del panel de control, y del listado que sale, donde viene por defecto que se tiene que agrupar en categorías, hacer clic en ver iconos pequeños.
Ahora, buscamos la opción Administrador de discos y desde ahí, a través de los menús del programa, tenemos que reducir el tamaño de la partición de Windows en unos 20 GB como mínimo, para tener suficiente espacio en Ubuntu.
Luego, reinicias y entras con el usb o cd de instalación de Ubuntu, y en el apartado que te dice si formatea todo el disco, eliges la opción de hacerlo manualmente, y del espacio libre que saldrá ya que previamente se lo quitaste a la partición de Windows, creas una nueva partición.
Dicha partición tendrá formato ext4 y en raíz tenemos que poner / le asignamos el tamaño que queramos y le damos a crear. Luego tenemos que crear otra de unos 2000 MB en la que elegimos como formato Espacio de intercambio y le damos a crear.
Con eso, ya Ubuntu se pone a instalar el sistema, creando al final de la instalación un arranque dual para que puedas entrar tanto con Windows como con la distribución de GNU Linux.
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